La Prensa – jueves 17 de abril de 2025 – Patricia Carrasco
Falta política pública para dar salto cuantitativo y cualitativo para dejar de usar los agroquímicos
Son una buena opción los bioinsumos, por sus múltiples beneficios en la producción y productividad agrícola, recuperación de suelos. / Foto: ilustrativa, Diego Simón Sánchez / Cuartoscuro.com
En México el uso de bioinsumos es aún reducido pese a estar validada su efectividad, tanto a nivel internacional como nacional, sin embargo, en nuestro país, no existe política pública que permita dar un salto cuantitativo y cualitativo al uso generalizado de esta tecnología.
Son una buena opción los bioinsumos, por sus múltiples beneficios en la producción y productividad agrícola, recuperación de suelos, uso más eficiente del agua, disminución de agroquímicos, combate al cambio climático y en el ingreso de los agricultores, los bioinsumos observan una tendencia creciente en el ámbito mundial.
Marcel Morales Ibarra, director de Biofábrica Siglo XXI, sostuvo que esta innovación tecnológica tiene bases sólidas sustentadas por estudios de investigación y de trabajo de campo, realizados por diversas instituciones del ámbito académico, público y privado.
Opción comprobada por la ciencia
Puso como ejemplo, que la validación más reciente en el cultivo de caña de azúcar, en la zafra 2024-25, en el estado de Morelos, en el Centro de Tezoyuca, de FIRA, demostró que solo con la reducción del 30% en fertilización química y la incorporación de biofertilizantes, la producción en parcelas morelenses pasó de 95 a 121 toneladas por hectárea (h), el costo de producción por h. bajó en 2 mil 400 pesos; mejoró la sanidad 70% y la utilidad fue 78% mayor que aplicando insumo químico al 100%.
El experto, quien durante 22 años se ha dedicado a la investigación y producción de biofertilizantes, destaca que desde hace cinco años, el FIRA del Banco de México, se ha interesado en hacer una rigurosa evaluación de éstos en cultivos como el maíz, trigo, berries, agave, cítricos, pastos y caña de azúcar, en sus cinco Centros de Desarrollo Tecnológico que tiene en el país.
Marcel Morales Ibarra, director de Biofábrica Siglo XXI. / Foto: cortesía Biofábrica Siglo XXI.
Mercado de insumos se duplicará para 2030
En este sentido, Morales Ibarra destaca que por todas sus virtudes productivas y aportes a la sustentabilidad del planeta, el Banco Mundial proyecta que el mercado de bioinsumos en el mundo se duplicará hacia el 2030, al pasar de10 mil a 20 mil millones de dólares (mdd).
En el caso de México las proyecciones indican que este comercio pasará de 634 mdd a 2 mil mdd hacia el año 2030. Aunque se requiere de una política pública y de programas que promuevan e impulsen el uso de bioinsumos en todo el territorio nacional.
El experto resaltó que en México un punto de quiebre para el desarrollo de los biofertilizantes, con bases científicas, fue la creación del Centro de investigación sobre la fijación de nitrógeno de la UNAM, en 1980.
“Cuyo objeto de estudio fue el proceso mediante el cual ciertos organismos que habitan en el suelo y se asocian con el sistema radicular de las plantas, tienen la capacidad de atrapar el nitrógeno atmosférico y transformarlo en amonio, es decir la forma asimilable por las plantas para su nutrición. Esto es la base del proceso de biofertilización”.