Cambio climático y agricultura: Cómo México se adapta para mantener su liderazgo exportador

Forbes – octubre 17, 2024

A pesar de la posición privilegiada de México, la seguridad alimentaria tanto en el país como en el resto del mundo ha estado bajo una amenaza creciente durante las últimas décadas debido al cambio climático.

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México se ha consolidado como uno de los principales productores de alimentos a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), antes de 2023 ocupaba el noveno lugar en exportaciones de alimentos en el mundo, pero ha logrado avanzar y ahora se sitúa en el séptimo lugar. Este avance demuestra un crecimiento en su participación en el mercado global de alimentos.

Este liderazgo se debe a varios factores, entre los cuales destacan: su ubicación geográfica, la riqueza natural, y especialmente, sus condiciones climáticas, que permiten a México producir y exportar alimentos durante todo el año.

A pesar de la posición privilegiada de México, la seguridad alimentaria tanto en el país como en el resto del mundo ha estado bajo una amenaza creciente durante las últimas décadas debido al cambio climático. La agricultura, que es fundamental para garantizar esta seguridad, ha visto afectada su capacidad y calidad en México como consecuencia de estos cambios climáticos.

Los efectos del cambio climático son evidentes en diferentes regiones del territorio mexicano. Mientras algunas zonas enfrentan sequías extremas, otras sufren lluvias torrenciales cada vez más devastadoras. Además, se registra un aumento en las temperaturas, con menos días frescos y más noches cálidas. En las últimas cinco décadas, la temperatura promedio en México ha aumentado en casi 1°C, y se estima que el calentamiento del territorio es más rápido que el promedio global, con una tasa proyectada de hasta 2.88°C por siglo.

Las principales causas de este fenómeno siguen siendo el uso intensivo de combustibles fósiles como fuente de energía, impulsado por su accesibilidad y costo. Sin embargo, el avance en tecnologías de energía limpia, como la eólica y la solar, está transformando el panorama. Gracias a la evolución tecnológica y la reducción de costos, estas fuentes renovables están ganando terreno en la generación de electricidad. A medida que las tecnologías de almacenamiento energético se desarrollen y se abaraten, se convertirán en opciones primarias de energía.

La producción de alimentos en México ya está contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático. Aunque estas iniciativas puedan parecer pequeñas frente al reto global, su impacto es significativo. Por ejemplo, se están implementando sistemas de energía solar mediante celdas fotovoltaicas para alimentar equipos de bombeo en campos agrícolas. También se están utilizando en la agroindustria para operar equipos de selección, empaque, conservación, congelación y distribución, todo bajo procesos sustentables.

Las inversiones en tecnología limpia pueden tener un costo inicial elevado, pero los beneficios a largo plazo son evidentes. Es fundamental que las empresas encuentren socios estratégicos que ofrezcan financiamiento para estas inversiones. Con el respaldo adecuado, es posible financiar el 100% de la inversión en un solo paso, lo que ayuda a reducir la dependencia de las energías fósiles. Además, al adoptar energías renovables, las empresas pueden generar ahorros que, en muchos casos, superan los costos iniciales, incluso tomando en cuenta el financiamiento.

Es fundamental que todos y todas contribuyamos a mitigar el cambio climático mediante la adopción de energías renovables, garantizando así la seguridad alimentaria para las siguientes generaciones.